jueves, 29 de marzo de 2012

Entre flores marchitas

Y entre flores se destaca, una luz negra entre todas las salidas. Una que no comprende ni se anima a pensar más allá de su entendimiento. Aquella que no soporta el color ni el aroma de las dulces princesas que se menean en un vaivén nauseabundo provocado por una que otra brisa corrompida con aires de superioridad que no deja que se detengan.

Entre todas, brilla esa luz negra que más grande y más torpe, no es movida por la brisa. Sus hojas son más mustias, su aroma no impacta a los presentes y su luz no es capaz de brillar más allá del umbral de aquel colorido y podrido jardín; pero ahí está, viendo a las presumidas lucirse con su colores y sus tontas florecillas.

A esta dulce creación marchita no le apetece ser como las demás, no le tiene envidia al viento, no envidia los colores y tampoco los aromas; porque sabe que así jamás podrán arrancarla de la tierra fértil y posarla en su lecho de muerte. Sabe perfectamente que su vida no ha sido destinada para brindar sonrisas, para desatar pasiones o para caer sobre un ataúd de madera. Su vida va más allá de lo que la naturaleza misma pueda entender y esa pequeña luz ennegrecida lo sabe bien.

sábado, 17 de marzo de 2012

Fotografía

Tengo 506 fotos tuyas en el computador... otras 100 en el pendrive ... y tu tienes unas mil y tantas fotos de las cosas que hemos pasado juntos, en el computador de escritorio que está en tu habitación. En cada una de esas imágenes solo hay risas, solo abrazos tiernos, paisajes maravillosos y besos que dicen demostrar aquello que sentimos. No existe foto alguna en la que salga una lágrima en mi mejilla, o una mala cara hacia ti. 
De tu parte así mismo, no hay ni una sola cara de tristeza o de sentirte incómodo o harto de mí. Solos son risas y regocijo. 

Eso ocurre; porque lo que guardamos en nuestra memoria visual son los momentos más maravillosos que hemos pasado juntos. Es lo que vale, lo que trascenderá; es a lo que toda persona recurre para recordar lo que en algún momento pueda perder; y cuando el sentimiento ya no se encuentra; no queda nada más que hacer. Pero este creo no es el caso.

Al contemplar las fotos sigo encontrando dentro de mí aquel sentimiento tan poderoso y vibrante que he sentido hacia ti, desde el primer instante en que cruzamos palabras.Sigo viendo en nosotros cada momento hermoso que hemos pasado juntos; sin importar cuanto tiempo o trabajo nos haya costado obtener una sonrisa. Pues detrás de cada foto alegre que tenemos, se encuentra un sufrimiento que no podemos explicar. Pero lo que importa es el producto; el resultado de plasmar que nuestra relación aún así sigue siendo maravillosa.

No me importa mucho lo que pienses sobre los momentos felices, porque sinceramente siento que no los recuerdas cómo; ni cuándo es debido; o que no ves una foto nuestra antes de decirme esas palabras que duelen tanto y tan adentro. Siento que cada foto, solo representa un momento que se esfumo con el viento; algo que no volverá; y que vez la alegría presente como algo anecdótico y la tristeza como la moda constante.
Pero en realidad no es así.

Puede sonar paradójico, pero en este momento viendo nuestras alegrías, he sentido una tristeza desgarradora. La tristeza de saber que no comprendes la vida como puedo hacerlo yo.

viernes, 9 de marzo de 2012

En un mundo paralelo

Él es una persona que vive junto a mi, pero que no sabe que existo, pues está preocupado de encontrarse a si mismo dentro el mundo paralelo que ha preparado exclusivamente para vivir y morir. Se despierta pensando que ahí estaré y al ocaso grita para desaparecer de esta tierra que no resulta de su agrado. En su actuar me confunde y me hace creer que nada tiene sentido; pues de un tiempo a esta parte nada de lo que me rodea tiene sentido. Esta persona está trastornando mi mundo y pretende llevarme con él.



En su mundo existe la paz, la armonía, las notas más bellas y psicodelicas que jamás podrá crear en la vida real, es como el éxtasis de un buen viaje que nunca acaba, es para él; la magia de la vida. Pero resulta que el jamás da vuelta la moneda para observar que pasa por el pequeño agujero que lo conecta con la realidad.