lunes, 14 de noviembre de 2011

Hoy...no es un día normal

Esto es horrible; no sé con quien hablar, no sé a quien acudir, con quien poder desenmascarar todas aquellas penurias que me están haciendo tanto, pero tanto mal. Me estoy ahogando en vida, como a un pez cuando se le olvida respirar; producto del montón de sensaciones que se agolpan en mi garganta para poder salir en un grito desesperado en busca de ayuda.
... Necesito a alguien... solamente, cualquier persona ...

He intentado por todos los medios sacar con cucharadas este jarabe amargo de espesura que se encuentra en mi garganta, pero nada da resultado. Cuando intento abrir la boca para aliviar mi alma, un torbellino de lágrimas se apodera de mis ojos y me hace retractar frente a las ideas. Las palabras se confunde con melancolía, con un dejo de rabia y también de monotonía. Nada da resultado... no puedo hacer nada. Cada vez que lo intento me embarga la frustración.

Me siento olvidada... 

sábado, 12 de noviembre de 2011

Ideas sin sentido


Cuando ya no deseo hacer nada, cuando me invade la amargura y la desesperanza; es en ese preciso instante cuando me hundo en el mundo literario y rescato parajes de letras abandonados en los desiertos de cordura que aún quedan en mi mente. Es el mundo perfecto, es el túnel a ese país de las maravillas que Alicia algún día me quiso mostrar.

Aveces en la fantasía ingeniamos mentiras perversas que nos hacen sacar lo peor de nosotros para poder expresar lo que sentimos; pero solo resulta ser una vía de escape para no caer en vida ante esto que nos consume. Vaya sarta de blasfemias que me he visto obligada a escribir para intentar respirar... mentiras que por cierto, me dejan bastante satisfecha.

Aveces también me gusta llorar

No es por citar  ningún tipo de canción antológica o cebollera, como bien se diría; pero hace algún tiempo comprendí, que me estoy empezando a cansar de sonreír cuando no lo siento en el alma. 
Siempre los nervios de mis mejillas tenían que estar tirantes para no despertar sospechas en mi alrededor, para ser siempre el ejemplo a seguir, para ser siempre esa luz que a muchos les hace falta. Alguien que representara una esperanza en la tristeza de los demás - como me lo dijo un veterano hace algunos años.

Agota... es molesto no poder reaccionar frente a la vida en la forma en que lo siento. Actuar de acuerdo al espectro de posibilidades que me brinda la imaginación. Gritar, llorar y sentir la tristeza de forma abierta y sana en mi existir. Tener conciencia que siempre estará presente aunque no lo quiera conmigo.

Estoy harta... no quiero ser un modelo para nadie... solo quiero actuar de acuerdo a mi sentir y a lo que me apasiona de momento, quiero que me estimen por aquello que represento. Sea con mis alegrías o con mis tristezas.

¡No debo hablar!

Aveces no sé si hablar sea lo correcto, si decir y expresarme de tal forma, integra todo aquello que deseo comunicar. Quizás, simplemente las palabras se me hacen escasas y no logro decir nada de lo que pienso; por lo que prefiero callar y guardarme en el silencio que me comprende mejor que nadie en este mundo.

 Cuando intento hablar, los astros se reúnen para que aquello que tanto anhelo no ocurra, me alborotan y transforman todo aquello que pienso en frases confusas y sin sentido que no logran orientar a nadie sobre mis verdaderas intenciones. Es deprimente, pero de alguna forma u otra; he comprendido que en alguna remota posibilidad del universo, ciertas personas no nacieron para deleitar a otros con grandes discursos ni cátedras... que sencillamente, son más como yo.

Vaya que me gusta escribir, cantar y expresar por medio del arte aquello que tanto deseo, pero muy dentro de mi interior; sé con certeza que en ocasiones me gustaría mirarte a los ojos y decir todo aquello que llena mi alma... decir por ejemplo que te amo con la fuerza de aquello que ya no existe, pero que también me siento herida por muchas de las cosas que han sucedido... me gustaría decirte que te calles para que te detengas a observarme por un segundo y veas que también tengo sentimientos y preocupaciones. 

En lo más hondo de mi corazón, me gustaría mirarme a mi misma en un espejo y decir aquello que he reprimido durante toda mi existencia...

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Parásito creador


Cada vez que leo las cosas que escribo, intento buscar dentro de mi a esa mujer; a ese personaje que hace y deshace con las ideas que expulsa de mi cerebro, a esa niña que corre y susurra por el viento las cosas que desea expresar en su sentir. Y por más que me desviva buscando... no puedo hallar alguna similitud entre esa escritora anónima y esta persona que nunca tiene tiempo para vivir.

¡Cuanto miedo siento! al darme cuenta que cuando inicio un nuevo documento, mi mente actúa en OFF y se apaga, dejando libre albedrío a ese ser que tengo muy dentro de mi, escondido tras alguno de los montones de carpetas, de recuerdo que poseo en mi interior. Abre y amontona listados de ideas, de recuerdos y de imágenes que le inspiran para crear algo que supone nuevo. No tiene piedad por las articulaciones, que esclavizadas por sus antojos deben sufrir la irremediable tarea de escribir y abandonar la pasividad que tanto les atrae. Unos recuerdos por aquí, otras ideas por allá y se va recreando la historia.

Vaya sujeto que me invade, vaya parásito creador que vive de mi y se aprovecha de los recursos que me da la sensibilidad para contar episodios que ni en las borracheras más grandes me atrevería a mencionar.